
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, es un vestido que recubre cada parte de nosotros y está constantemente expuesto al medio ambiente, al sol, las radiaciones, los aerosoles, el maquillaje, etcétera, todos ellos, van haciendo que nuestra piel pierda esa frescura, belleza y luminosidad, apareciendo manchas y arrugas... ¡Esto tiene solución!
Es cierto que hace bien a la piel humectarla con cremas y lociones ricas en vitaminas y minerales, pero esto, es sólo para dar un mantenimiento exterior, sin embargo, el interior es lo que más importa, pues nuestra piel es el reflejo de cómo se encuentra la alimentación y qué tan
intoxicados estamos.
Las vitaminas guardianas de la piel son las siguientes: A, E, C y pantotenol. Nuestra piel, día con día, regenera nuevas células; para la creación de una célula radiante la vitamina A es la indicada, pues mejora la elasticidad de la piel y contribuye a tener una piel más joven, suave y uniforme.
La vitamina E previene el envejecimiento prematuro de las células, así que es indispensable. Favorece la irrigación sanguínea y evita que aparezcan arrugas. Esta vitamina provee una protección natural contra los rayos ultra violeta y sus efectos negativos.
Agregar una capsula de vitamina E sobre heridas, quemaduras o alguna lesión regenera rápidamente la piel con una buena cicatrización. Las principales fuentes naturales de esta vitamina son los aceites vegetales germinales (soya, cacahuate, arroz, algodón y coco), vegetales de hojas verdes, cereales en general, nueces, almendras y panes integrales.
Otra vitamina que contribuye a la elasticidad y la firmeza de la piel es la vitamina C, que estimula la producción de colágeno. Esta vitamina se encuentra casi exclusivamente en frutas y verduras, los alimentos en los que abunda son: guayaba, kiwi, mango, piña, cítricos en general, melón, fresa, bayas, pimientos, jitomate, col y espinacas.
La vitamina A previene el envejecimiento celular y la aparición de cáncer, ya que al ser un antioxidante natural elimina los radicales libres y protege al ADN de su acción mutagénica. Esta vitamina se encuentra principalmente en alimentos como: productos lácteos, yema de huevo, aceite de hígado de pescado; en todos los vegetales de color amarillo a rojo o verde oscuro, como zanahoria, calabaza, chile, espinacas, lechuga, brócoli, jitomate o espárragos, y en frutas como durazno, chabacano, melón, papaya o mango.
El pantenol es una vitamina del complejo B esencial para el metabolismo de las células; ayuda a que el cuerpo pueda utilizar otras vitaminas, permite la keratización de la piel y aumenta el nivel de humedad de la piel aportándole suavidad y elasticidad. Puede obtenerse con el consumo de carnes, hígado, yema de huevo, nueces, papa y pan integral.
Debemos incluir estas vitaminas en nuestra dieta diaria no sólo de manera cutánea, sino ingerirlas diariamente en frutas, verduras y leguminosas para lucir una mejor piel.
Las luces fluorescentes de las oficinas, centros comerciales y de algunas casas, el humo del cigarrillo, el alcohol, las desveladas y los malos hábitos alimenticios contribuyen a la formación de radicales libres, que son sustancias causantes de muchas enfermedades, de las arrugas y de una apariencia de piel sin vida.
Autor: Cristina Orendain
Fuente: Yahoo México
No hay comentarios:
Publicar un comentario